La importancia de trabajar sistemáticamente la respiración en los instrumentos de viento, por Isabel Villagar

Hoy recibimos en nuestra página a una autora invitada española, la prestigiosa profesora de canto Isabel Villagar, que nos hablará sobre la necesidad de entrenar la respiración para todos aquellos instrumentistas de viento.
Pocos saben de dónde viene el control del aire tan supremo que tenía la recientemente desaparecida Montserrat Caballé, diva internacional de la música. La realidad es que Montserrat comenzó en el conservatorio falsificando su edad para poder acceder aparentando tener la reglamentaria (siendo como era más pequeña). Empezó sus estudios de canto con Eugenia Kemeny, una cantante wagneriana que previamente había sido deportista de élite y defendía que la base de un buen control del sonido estaba en el control del aire, en la ejercitación de la musculatura implicada en la respiración. Tenía a los alumnos prácticamente todo el primer curso haciendo diferentes ejercicios de respiración que implicaban el correcto gesto de la misma y el fortalecimiento de la musculatura relacionada.
Con el tiempo me he dado cuenta de que la respiración que se emplea, tanto para cantar como para tocar un instrumento de viento, se sostiene sobre los mismos principios y salvando que el grosor de la columna del aire que es muy similar en el caso del cantante al de una flauta o un oboe, es decir, un flujo de aire fino y continuo; en el caso del resto de instrumentistas de viento, como el saxofón, (el protagonista de esta página que tanto recomiendo), la trompeta, el trombón, etcétera, el flujo del aire tiene que ser continuo pero un poquito más grueso.
Por lo tanto, si bien es cierto que la inspiración tiene que ser costo-diafragmática, debemos prestar atención a cómo se realiza la espiración, que es el momento en el que se construye esa columna de aire que al pasar por la boquilla o lengüeta generará el sonido.
Es conocido que mi maestra, Montserrat Caballé, viajaba con pesas allá donde iba durante toda su vida artística, con el fin de ejercitar la musculatura implicada en la respiración cada día. Pueden verse vídeos en YouTube de fragmentos de sus masterclases (https://www.youtube.com/watch?v=GA7w7ZXt86U) en los que trabaja con sus alumnos estas técnicas heredadas de la citada Kemeny. En mi caso, he practicado y practico a diario para mantener en forma mi voz manteniendo, fuerza, resistencia y flexibilidad dentro de sus parámetros óptimos.
Los docentes no podemos limitarnos a explicar en un día cómo se debe respirar sino que debemos entender que son contenidos que se van interiorizando y perfeccionando con el tiempo y por tanto, debemos supervisar ese desarrollo muscular semana a semana, en cada clase, realizando ejercicios y viendo si realmente el alumno los está ejecutando correctamente. Se trata de un ejemplo claro de desarrollo del curriculum en espiral, como defiende Jerome Seymour Bruner.
Sin esta construcción de un buen gesto respiratorio y un fortalecimiento del recto del abdomen, los oblicuos, los inter-costales, etcétera, difícilmente se podrá sostener el sonido libremente y cuando esto no sucede empiezan a producirse compensaciones musculares en otras partes del cuerpo (brazos, mandíbula, cuello…) y esto no es lo deseable puesto que producirá un sobre-esfuerzo en todo el sistema y por lo tanto tensiones físicas que afectarán al sonido.
Actualmente, disponemos de multitud de ejercicios y estrategias que permiten tener un feedback directo sobre el manejo del aire, como el soplar con una caña o «pajita” de sorber en el agua (conocimiento avalado por los estudios científicos actuales de uno de los más prestigiosos investigadores sobre la temática, Ingo Titze https://www.youtube.com/watch?v=YmhpfkMDH9Y ) viendo que las burbujas sean continuas y controlando que puedan ser más grandes o más pequeñas, según el instrumento y según qué objetivos haya que desarrollar con cada alumno.
Se ha de concebir el proceso respiratorio como una alternancia de tensión y relajación y es por ello que si el esfuerzo lo estamos realizando en la espiración para controlar la columna del aire, deberá ser la inspiración el momento de relajación.
Igual que un deportista de élite entrena diariamente, un músico, es decir, como se ha venido a llamar, “un atleta del músculo pequeño” (referido a procesos neuro-musculares muy precisos y concretos), debe entrenar su cuerpo entero y en específico, diariamente, las zonas implicadas en el control de la respiración. Es tan necesario que cuando la musculatura no está preparada directamente el sonido no es de calidad.
Las bandas de música, las big bands y en general las agrupaciones profesiones donde el viento (madera y/o metal) sea predominante deberían contar con un especialista en el trabajo de la respiración que pudiera pautar un entrenamiento personalizado a cada miembro del conjunto para el beneficio del resultado sonoro en aras a su perfeccionamiento y excelencia.
Isabel Villagar, coach vocal, profesora de canto y voz (https://www.isabelvillagar.com)

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