Paco de Lucía, broche de oro del Festival de Jazz de Vitoria

(EFE).- Paco de Lucía, el genio de la guitarra flamenca, ha hechizado esta noche el Festival de Jazz de Vitoria con su arte y su duende, en una sesión que ha traspasado fronteras musicales y que ha puesto el broche de oro a la 34 edición de este certamen.

De su visita al festival hace cuatro años surgió la Suite «Vitoria» con la que el trompetista norteamericano Winton Marsalis homenajeó a la capital alavesa y en la que colaboró el maestro del flamenco.

Ahora, inmerso en su gira europea «Cositas buenas», ha vuelto a Vitoria acompañado por el guitarrista Niño Josele, el bajista Alain Pérez, Antonio Serrano a la armónica, Piraña a la percusión, Cristo Heredia y David Maldonado al cante y al baile un Farru pleno de energía que ha enamorado al público con su taconeo endiablado.

El concierto de Paco de Lucía ha sido la guinda del Festival de Jazz de Vitoria de este año y también el más masivo en cuanto a público de los siete que se han celebrado en el Pabellón de Mendizorroza desde el pasado domingo. El cartel de «no hay entradas» estaba colgado desde hace días en las taquillas.

La expectación que había generado su presencia no ha decepcionado y su magnetismo y su duende han hecho vibrar a un público entregado de antemano.

Pese a que es un viejo conocido en los círculos jazzísticos de la capital alavesa por sus colaboraciones con otros grandes como Chick Corea o Wynton Marsalis, asiduos a este certamen, Paco de Lucía ha vuelto a emocionar con su forma de ejecutar la guitarra y su capacidad para transmitir pasión.

Además, se ha reservado para el final su mejor número, una colaboración sorpresa con el saxofonista Sherman Irby y con el pianista Marcus Roberts.

La incorporación de estos dos últimos al tablado que habían formado Paco de Lucía y los suyos ha aportado aires nuevos a una velada, fuertemente marcada por el poderío del flamenco.

Ha sido un nuevo ejercicio de evolución, más allá de etiquetas, que ha sido respondido con aplausos y elogios mientras los dedos de Paco de Lucía han permanecido concentrados en las cuerdas de la guitarra cabalgando arriba y abajo con arpegios imposibles.

Marcus Roberts, que había precedido a Paco de Lucía en la velada de esta noche con un concierto sobrio y formal de jazz clásico, ha sucumbido al hechizo del flamenco y se ha dejado llevar por nuevos caminos.

La armónica de Serrano, centro de numerosos elogios, ha sido otro de los instrumentos que ha ganado con la suma del piano y del saxofón.

Los solos de guitarra, de armónica, de piano y de saxofón han ido calando como una lluvia fina, aderezados con el alma del cante flamenco.

La fusión del jazz y del flamenco ha sido una explosión de vida en la que cada intérprete ha sabido encontrar su sitio. Paco de Lucía, estrella indiscutible de la noche, ha sido agasajado con gritos de «Eres el más grande» o «guapo».

Pasada la medianoche, Paco de Lucía y sus acompañantes han hecho un amago de abandonar el escenario pero ante la insistencia del público, que no se quería marchar, han regalado un bis con una versión renovada del clásico «Entre dos aguas».

La primera parte de la velada de esta noche en Mendizorroza, mucho más sobria y tranquila, ha tenido como protagonista a Marcus Roberts Trio.

El pianista, considerado una memoria viva del jazz, ha roto un silencio de ocho años con un discurso formal y bastante clásico de jazz donde la cultura jazzística se ha sentido como en casa, libre de discusiones sobre lo que es jazz y lo que no.

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