James Carter Quintet y la alquimia del saxofón

Asi es como tituló el diario ElMundo.es sobre le ultimo show que brindo la banda de unos de los saxofonistas más practicos a la hora de ejecutar el instrumento en cualquiera de sus variantes.

Lo que sigue es la nota completa publicada en ElMundo.es (pueden ver algunos videos en la videoteca de Saxo Argentina)

The James Carter Quintet hizo disfrutar el jueves por la noche al numeroso y entregado público de la Plaza da Ferrería en el primer concierto del Festival Internacional de Jazz y Blues de Pontevedra. El Festival, que celebra su XVIII edición a lo largo de toda esta semana inundando de Jazz la ciudad, no pudo tener mejor presentación.

El saxofonista de Detroit, no solo demostró su maestría con los instrumentos de viento, sino que derrochó simpatía y calidez en el escenario, ganándose al público desde el saludo inicial. El quinteto empezó a un ritmo muy alto, demostrando una excelente compenetración desde la primera nota, con 20 minutos ininterrumpidos en los que Carter demostraba su dominio del saxofón como si fuese una parte más de su cuerpo, o más bien, de su alma.

Porque James Carter disfruta en el escenario con cada bocanada de aire, con cada movimiento de sus dedos; como si la música que interpreta no fueran simples sonidos, sino una casualidad necesaria que se convierte en su voz.

Casi sin descanso para el resto de la banda, que prácticamente no dejó de tocar en toda la actuación, Carter deleitó también con la flauta y el clarinete. Con esto le da la razón a revistas tan prestigiosas como ‘Rolling Stone’ o ‘All Music Guide to Jazz’, cuando a mediados de los 90 le apuntaban como uno de los futuros referentes del jazz.

Ahora, cerca de los 40 años, la capacidad de Carter para ajustarse al jazz más clásico de una manera innovadora y con influencias de diferentes estilos, le convierte en un ciclón en el escenario y le otorga un sitio privilegiado dentro de los grandes del jazz actual.

Un show en cada canción

Sin pausas, sin parar de moverse al ritmo de la música, bromeando a gritos con el contrabajo Ralphe Amstrong mientras el resto del quinteto seguía actuando, o incluso haciendo música saltando sobre el suelo del escenario junto a su trompetista Corey Wilkies, James Carter aprovecha además su faceta de actor para convertir cada canción en un show. Y entre el sonido cambiante y en ocasiones caótico de su quinteto y su particular actitud sobre el palco, el público acabó por sentirse como en una ‘jam session’ en el salón de su casa, y poco a poco se fue aglutinando en primera fila, debajo del escenario.

Quizá por eso, cuando el de Detroit presentó a la banda, formada también por el pianista Gerard Gibbs y el batería Leonard King, y se despidió calurosamente de Pontevedra, nadie se movió de su asiento. Entre aplausos y peticiones, Carter volvió acompañado de Ralphe Amstrong para cerrar magistralmente el concierto, no sin antes discutir la duración del ‘bis’ con una espectadora, de la que llegó incluso a imitar la voz reclamándole, al menos, dos canciones más.

El público no dudó en pedir un segundo ‘bis’, y Carter tuvo el detalle, boquilla de su saxo en mano, de disculparse a pesar de las dos horas de concierto. Nadie dudaba que estaría encantado de seguir tocando, pero su vuelo salía en menos de dos horas, así que tanto él como los espectadores nos quedamos con unas ganas de más que el músico intentó paliar anunciando su deseo de volver pronto y dando las gracias en español.

El de Detroit se despidió efusivamente, y deja el listón muy alto para las próximas actuaciones del Festival, que hoy viernes continúa con la flamante voz de Madeleine Peyroux, comparada hasta la saciedad con la mítica Billie Holliday.

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