Jorge y sus Polanuers
|En un estudio ubicado en lo más alto de una bella casa-laberinto, me encontré con Jorge Polanuer, el hombre de las caras reversibles: músico, docente, escritor, compositor, actor y padre de familia.
A pesar de poseer estos distintos rostros, sus peculiares exposiciones lo llevaron a un mismo camino: el amor por el saxo. Los invito a que lean este reportaje exclusivo de Saxo Argentina, en el cual conocerán a Jorge y sus Polanuers.
¿Cómo y cuando se dieron tus primeros pasos con el saxo?
Mi acercamiento al saxo fue muy particular, yo estudiaba flauta traversa, de hecho me había recibido de profesor de este instrumento en el conservatorio nacional; y en un momento mi hermano viajaba a Europa y le hice traer un saxo, esto pasó en el año 1982. Me trajo un “Bundy”, yo estaba con dudas y decía que este nuevo instrumento me iba a afectar para la técnica de la flauta. A penas me lo trajo dije: “no voy a tocar”, y lo vendí. Es que yo estudiaba flauta muchas horas por día, y era de la corriente de la música clásica. Pasó el tiempo, entran a mi casa y me roban la flauta. Entonces, desesperadamente salí a las casas de instrumentos a buscar mi flauta, como no se vendían flautas traversas consideraba que no era tan difícil encontrarla; fue un golpe bajísimo. En esa oportunidad fui a “Daiam”, había un “Selmer París Balance” viejo y plateado esperándome en el mostrador, entonces en vez de comprarme la flauta me compré el saxo. Luego de un tiempo volví a tener la flauta, fue un acto impulsivo de amor a primera vista con ese saxo.
Conté con la suerte de que la técnica de la flauta y el saxo son muy similares, para sorpresa de muchos el saxo en realidad es más accesible que la flauta, instrumento que es complicado sacarle ese sonido puro. En cambio el saxo, de entrada te seduce, yo a los quince días con el instrumento ya tocaba en bandas. Fueron unas semanas muy felices, como las primeras de un noviazgo. Prácticamente quedó desplazada la flauta, ya que comencé a usarla en menor proporción.
¿Con que saxo te sentís más identificado?
Y…. como tocaba rock, con el tenor, es al primero de la familia de los saxos que se lo relaciona con ese estilo. Pero de igual manera en “Cuatro Vientos” probé el alto y soprano, y me gustaron.
¿Y que pasó con aquel “Selmer” viejo?
No lo tengo más, pasé por muchos tipos de saxo tenor: “Yamahas” sobre todo, ahora tengo un “Selmer serie 3”.
¿Qué referentes del mundo del saxo tenías en esa época?
En aquel entonces le prestaba mucha atención a: Sonny Rollins, King Curtis, John Coltrane, Maceo Parker, a quien conocí por la banda de James Brown.
¿Qué significa “Cuatro Vientos” para vos?
Imaginate que yo a los veintitrés años comencé a tocar el saxo, justo el mismo tiempo que estamos con Cuatro Vientos; prácticamente media vida tocando con ellos, crecimos juntos y somos como una familia. Yo con la banda desarrolle todo el tema de arreglos y composición en un determinado momento, porque de entrada trabajamos con un arreglador del exterior que se llamaba Vivian Tabbush. Él fue quien nos ayudó en nuestros primeros espectáculos que trataban sobre música clásica y la historia de la música; hasta que comenzamos a hacer rock and roll. Cuando él se puso a trabajar en este estilo yo dije: “NO, así no puede ser”, entonces fue ahí que incursioné. Mi primer arreglo fue el rock de la cárcel; un tema que perduró y nos acompaño hasta hace no mucho.
También Cuatro Vientos es un lugar donde puedo desarrollar todo lo que quiero hacer y que todo está permitido, por supuesto de manera seria y organizada. Me gusta mucho tocar, componer, bailar, hacer reír, y más aún transmitir emociones.
Por el grupo tuve la chance de conocer varios lugares del mundo; hicimos muchos viajes, estuvimos en: España, Portugal, Brasil, Estados Unidos, Venezuela, Costa Rica y obviamente por todo el país.
Hacemos muchos espectáculos de todo tipo: infantiles, junto a otros artistas, musicales y teatrales, donde hay que actuar realmente.
En unas semanas vamos a hacer una gira por el país con dos obras, una infantil con Roberto Catalineu “Payasos en banda”, y “Música en movimiento”.
Si bien tenemos más de veinte años como banda, sentimos que somos un grupo joven que tiene todo por delante y realmente gozamos de un reconocimiento que nos halaga mucho donde quiera que vayamos. Así que como verán, no podemos pedir más.
(VISITAR: http://www.cuatrovientos.com.ar/)
¿Cómo es el público con “Cuatro Vientos”?
Espectacular, tenemos la suerte o ventaja que nuestro show le agrade a un público de distintas edades. Ya que transmitimos mucha alegría y amor por la música, entonces la gente sale muy emocionada y agradecida.
¿Se puede decir que sos un escritor?
Sí, pero no de libros, yo más que libros los llamo cancioneros. Una serie de temas, es un repertorio de música de mi autoría pero que tiene una finalidad de motivar al alumno.
¿Y cómo surgió la idea de escribir estos cancioneros?
Se dio en un momento donde el blues estaba de moda, todos querían tocarlo, venían los alumnos y me decían: “Jorge quiero tocar blues”. ¿Dónde sacas un tema de blues? si prácticamente no hay, este género es muy improvisado y las canciones son muy elementales y pierden sentido si se hacen sin letra. Entonces me puse a componer temas de blues mas “saxofonisticos”, de esta forma surgió mi primer libro: “El libro negro de Polanuer”, un ejemplar que en diferentes lugares en el que voy del país, lo tienen.
Después de ese volumen hice otros de iniciación como “El Pequeño Polanuer Ilustrado” con textos de métodos. Con el propósito que el alumno en su primera clase pueda tocar sobre una pista con pocas notas. Son más que nada para motivar al educando, para que aquel que aprende tenga ganas de experimentar con el saxo. Si arrancás con escalas o con cosas técnicas, se hace cuesta arriba, o quizá es un poco más rápido, depende del aprendiz, hay algunos con tolerancia a lo técnico que la tienen muy clara, y les resulta fácil. Pero otros que requieren ese tipo de motivación, y es en ese caso que mis libros cumplen su función; sobre todo uso el recurso de tocar temas que al practicante le guste. O si toca en una banda, guiarlo hacia esos temas como si se tratara de una pieza musical para grabar en estudio. Yo creo que se puede estudiar con cualquier cosa, no hace falta ir al grueso del “Klose”. Con cualquier tipo de música se pueden hacer infinitas cosas, porque toda la música tiene: nota, ritmo, articulaciones, acentos….muchas variables para tener en cuenta. Se puede elegir un pedacito y repetirlo mucho, que es la base del estudio.
Después hice algunos libros de repertorio: “Tango para saxo”, “Música para saxo”, “Música para tocar” lo que antes se llamo “El libro sordo de Polanuer”, entre otros.
El último libro es “Improvisación en saxo” que propone una especie de entrenamiento para el saxofonista, e improvisar con la mayor soltura posible sobre: blues, rock, funk, jazz, y otros estilos que surgieron de la cultura negra africana con la blanca estadounidense. En este último trabajo trato temas como: las escalas pentatónicas mayor y menor, y frases e ideas que están en todas las tonalidades. No es un libro para principiantes, es para un nivel medio.
Después tiene una segunda parte con pistas para improvisar y aplicar todo lo trabajado. Todos mis libros contienen pistas. La improvisación tiene varias cosas en cuenta: entrenamiento del oído, el dominio de los dedos, el manejo de las tonalidades, la incorporación de las ideas, el conocimiento de la armonía, la sintonía con la base, y el juego con el ritmo.
Este libro lo acabo de sacar y lo voy a editar también en Norteamérica. En EE.UU. tengo editados cinco libros, en Alemania cuatro y en Brasil dos. Mas o menos se venden por todo el mundo, y por suerte recibo muchos email de gente agradecida, ya que no es simple ubicar tanto material, del tipo “motivante”.
¿Hay un método de estudio?
Pienso que no existe un método regido para todos por igual. Yo trato de trabajar con cada alumno en sus distintas dificultades; pero tampoco hago demasiado hincapié en esas carencias, sino se torna denso. La respuesta está en saber equilibrar la práctica con el estudio, algunos practicantes tienen más tolerancia a lo técnico y afinidad con la lectura; otros tienen un oído privilegiado. Hay que tratar de combinar las variables para que el alumno se forme de la mejor manera. Otra cosa a tener en cuenta, es que no a todos les preocupa ser saxofonistas completos. Muchos chicos tienen tanta dificultad con la lectura, que me obligan a dejarle esta tarea en último lugar para no ponerle vallas; porque puede suceder que no lo necesite. Trato de no empecinarme con las dificultades, simplemente equilibrar.
Estuviste un tiempo en el ambiente del rock, ¿Qué sentiste y aprendiste en esa etapa de tu carrera?
Conocer a Miguel Abuelo fue una sensación muy fuerte, porque desde que soy niño, mi hermano tocaba las canciones de Los Abuelos de La Nada y me encantaba. Lamentablemente fue corto mi recorrido con ellos porque falleció Miguel unos meses después que yo había ingresado al grupo; para colmo estábamos preparando un disco y una gira por Latinoamérica, fue algo que me golpeó bastante.
Con Andrés Calamaro estuve dos años y medio, fue una época de mi vida muy linda. Íbamos de gira todo el tiempo, en un gran micro con camas y mesas, mucho truco y diversión. Además me di el lujo de compartir escenario con grandes músicos como: Ariel Rot, Gringui Herrera, Alejandro Schanzenbach y Ricky González. Siempre muy cuidados por Andrés, que nos presentaba con mucho orgullo.
Entre tantas cosas buenas que viví, también tenía la libertad de arreglar lo que hacía, puede ser que en alguna introducción me daba la melodía Andrés, pero casi todo lo fui haciendo yo, improvisando en el momento. Salvo en algún disco como: “Nadie sale vivo de Aquí”, en “Adiós, amigos adiós”, hice arreglos para dos saxos, uno de los pocos que realicé en la banda. Pero que incluso en Los Rodríguez, él los siguió usando. Con Calamaro siempre me manejé como si fuese un guitarrista, de esos que están acotando todo el tiempo. Me hizo aprender un montón, me dio mucha cancha, calle y escenario.
Paralelamente que estaba con ellos, me encontraba haciendo lo mismo en Cuatro Vientos, así que lo invitamos a Andrés en nuestro primer disco, que cantó “Popito”.
Muy buenos recuerdos, siempre tenemos pendiente hacer algo juntos relativo al tango. Suelo manejarme por mail con él, espero que pronto nos podamos juntar.
¿Cómo es Jorge Polanuer con la composición?
Soy un compositor que funciona mucho “a pedido”, es decir por demanda. Como me dijo una vez Pablo Rodríguez (saxofonista de los Auténticos Decadentes): “Sos todo terreno”. Y es verdad, me siento cómodo en todos los estilos, por ejemplo yo nunca en mi vida toqué chamame, y tengo cinco o seis hechos, sin haber escuchado casi nada. El Chango Spasiuk escuchó un tema nuestro “Chamame metro 20”, le gustó, lo tocamos y lo grabamos junto a él. No necesito escuchar música todo el tiempo, con poco, ya lo absorbo como una esponja, y corro con la suerte de que me agradan casi todos los estilos. Varias veces estoy manejando, y mientras voy cantando y grabando, siempre tengo un grabadorcito a mano en las épocas que estoy más abocado a la composición, sino lo hago en el celular también.
Por suerte a la hora de componer las ideas fluyen solas, no es que me siento en la computadora y digo: “bueno ahora hay que crear”. Soy muy intenso para trabajar, por ejemplo si tengo que componer para una obra de teatro, estoy prácticamente todo el día, puedo estar en mi casa haciendo otras cosas, y cuando me surge una idea dejó de hacer eso, la grabo y sigo, estoy de turno las 24 hs.
Ahora estoy trabajando en un sitio web que se va a llamar: www.partiturasparasaxo.com.ar, en donde van a haber libros míos, música para cuartetos de saxos y también partituras con pistas de temas muy populares.
¿Qué significa tu estudio?
Es MI lugar en el mundo, donde paso muchas horas, tengo todos los discos que grabé, libros, premios, partituras, y es donde doy clases y pasó gran parte del día. También allí contesto muchos mails, ya que tengo la computadora a mano e interactúo en todo momento con gente que quiere tomar clases conmigo o hacerme consultas.
Contanos sobre tus premios
De manera individual gané el premio ACE (Asociación cronistas del espectáculo) en el año 2000 por la música de “Las alegres mujeres de Shakespeare” dirigida por Claudio Hochman, fue en una semana muy emocionante porque nació mi hijo Martín y también cumplí 40 años. Con Cuatro Vientos ganamos premios ACE, Estrella de Mar, Metropolitano, entre otros.
Una recomendación para los iniciantes del saxo
Yo diría que lo principal es jugar, como en inglés que play significa: jugar y tocar, es eso, tratar de pasarla bien. En la enseñanza el profesor tiene que intentar mostrarle al alumno que la función de tocar también es divertirse, ojo, no por eso hay que remitirse a las cosas básicas o no leer o estudiar técnica; pero si tratar de hacerle pasar un buen rato.
Tener afinidad con el profesor e ir cambiando de maestro también es bueno; como lo es escuchar música, tratar de imitar y no cerrarse.
¿Creés que es difícil eso de abrir el espectro musical-auditivo?
Para contestarte se me ocurre un ejemplo con la comida: Hay que tratar de comer un poco de todo, comer implica además de hacerlo de manera variada, nutrirte de ello. Sacando de lugar el caso del fin de semana, que uno come pizza o pastas (risas); para alimentarse tenés que saber masticar, tragar y digerir, es todo un proceso. Entonces pasa lo mismo con la música, uno tiene que ir digiriendo y masticando lo que va aprendiendo, para alguien eso puede estar representado en sentir el gusto o tragar, pero todo forma parte de la misma digestión. La recomendación es hacer un poco de todo, capaz no te gusta un estilo, pero en el futuro te llaman de un trabajo para que lo hagas y tenés que tratar de hallar el lado positivo. Una buena tarea constante es tener la mente abierta, escuchar, copiar mucho de otro al principio y no intentar ser original en el comienzo. El músico tiene que formar su propio vocabulario, como el niño que aprende a hablar, el ser humano va usando las palabras que aprende de acuerdo al contexto y las personas que lo rodean. Cuando se desarrolla eso, van a haber muchas respuestas.
Para mi el hecho de ser original no tiene mucho valor, lo importante es ser auténtico, si vos por pretender ser original no vas a ser auténtico, ¿de que te sirve?. Y si lo auténtico tuyo es ser original o tocar como tal saxofonista, bienvenido sea, lo importante es que sea tu lenguaje.
¿Cómo te autodefinirías?
Como músico, compositor y docente, así en ese orden. Y en esto momento me autodefino como artista-entrevistado (risas).
Para conocer un poco mas sobre Jorge y sus obras pueden visitar los links que estan dando vueltas por la red.
www.autores.org.ar/polanuer
www.clasesdesaxoyflauta.blogspot.com/
www.cuatrovientos.com.ar
www.myspace.com/jorgepolanuer